Un día con murciélagos.

Hacía ya tiempo teníamos pendiente tres amigos una salida para ver la posibilidad de encontrar murciélagos en unas minas abandonadas en la provincia de Girona, y si era posible fotografiarlos. El permiso para la actividad estaba a punto de caducar, cuando por fin el pasado domingo la realizamos.

Según la bibliografía reciente hay cinco especies de murciélagos que residen en diferentes épocas del año en aquellas minas. Una de ellas, el murciélago de cuevaMiniopterus schreibersii – no estaría ya que su migración debía de tenerlo alejado de nuestro país.

Pues bien, sólo entrar en una de las galerías de la mina nos dimos de cara con un murciélago pequeño de herraduraRhinolophus hipposideros (Bechstein, 1800). ¿Qué más podíamos esperar de la excursión?. El espectáculo ya lo teníamos delante. Una especie complicada de ver, en vías de extinción, y delante nuestro para poder inmortalizar el momento con nuestras cámaras. Le hicimos 4 (sí 1,2,3 y 4 no más) fotos cada uno y nos alejamos de él para no perturbar su largo sueño invernal. Aquella galería no nos dio más de sí, con lo que decidimos continuar nuestro paseo por otras, aunque ya teníamos las fotos del día.

Segunda galería, entrada, caminamos unos 100 metros y una exclamación de Josep:  ¡Joan ven por favor! , me parece … ¡Uhm! Sí, sí, es un murciélago grande de herradura – Rhinolophus ferrumequinum (Schreber, 1774) – y se le ve perfectamente la cara.

Aunque esta especie es más abundante que la anterior no deja de ser complicada de observar y de tener delante a tiro de objetivo de 100 mm. macro. Unas cuantas fotitos, confesar que en este caso nos permitimos hacer más de 4 fotos cada uno,  y continuamos hacia las entrañas de la tierra por aquella mina abandonada.

Unos 100 metros más y de nuevo la exclamación. ¡Aquí hay un grupo de murciélago de cueva! Pero .. ¿Oye no tenían que estar lejos de España? Estos no hibernan aquí. Sí, sí, pero aquí están. Vamos a documentarlos nos dijimos y …  durante los 15 minutos siguientes estuvimos en ello.

La especie es muy abundante en aquella zona en verano, las entradas y salidas de las nubes de murciélagos son unos espectáculos alucinantes. Animo desde aquí a los especialistas en fotografía de alta velocidad a tener un encuentro por la zona y documentar en verano estas entradas y salidas.

Decidimos salir de las galerías de la mina abandonada para retomar el duro camino de regreso hacia el lugar dónde habíamos dejado el coche. A no más de unos 25 metros de la salida, de nuevo un murmullo de Josep. Oye aquí hay otro, y Joan no tengo ni idea de qué especie es. Por supuesto ninguna de las anteriores, está claro. Pero esta no la conozco, nunca antes la vi aquí dentro. A pesar de haberme documentado antes, tampoco fui capaz de reconocer la especie en aquel momento. Por si acaso le molestamos lo mínimo posible, tomamos 4 fotos cada uno y le dejamos en paz. Posteriormente en casa clasifiqué al mismo como un murciélago orejudo dorado – Plecotus auritus (Linnaeus, 1758), sólo invernante en la zona.

Y una del making off.

Mientras comíamos no dejábamos de agradecer la suerte del día. Cuatro especies de murciélagos, alguna de muy rara, otra de rarísima por la época del año, y todo ello en una sola mañana.

Después de la opípara comida en un excelente rincón del Alt Empordà, decidimos caminar un poco por los alrededores con el fin de que la digestión no se nos hiciera demasiado pesada. Y en aquello que a lo lejos me parece vislumbrar movimiento entre los matorrales. No era el viento, a pesar de la fuerte tramontana que soplaba, y antes que nada decidimos acercarnos al coche y recoger nuestra artillería, esto es cámara y objetivo adecuado por si acaso y… Esto una muestra de lo que nos permitió la piara de jabalís que apareció ante nuestros ojos.

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