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Calonda es una pequeña ciudad en el alto volcánico de Gurghiu, en Tralsilvania, Rumanía, con una altitud que oscila entre los 825 y los 835 metros sobre el nivel del mar. Limita al oeste con el antiguo camino a Pauleni, al este hay el pico Kopasz (939 msnm) y al sur el pico Szilas. La población pertenece a la comunidad de Corund.

Calonda nos ofrece una visión única que merece ser visitada: la producción de carbón vegetal. El proceso de obtener carbón vegetal es la fuente de vida más importante de sus habitantes desde el siglo XIX. Los carboneros trabajan desde principios de verano hasta finales de otoño en un trabajo que requiere un mínimo de tres personas. Este trabajo es una tradición familiar que se pasa de padres a hijos.

Los carboneros buscan en los bosques zonas llanas donde preparar el carbón. La madera aserrada (roble, haya) debe colocarse una junto a la otra formando pilas. A estas pilas les llaman “baksa”, cubriéndose primero con paja y seguidamente con tierra hasta que se obtiene una forma cónica. Dejan un agujero por el que se prenderá fuego a la pira. El agujero se rellena con astillas y residuos para iniciar la ignición. En el pasado estos “baksa”-s se encendían por la parte superior. Lentamente, con poco humo y vapor se queman durante 8-12 días. Durante este período deben estar constantemente vigiladas realizándose labores para mantener el fuego interior.

Después de la etapa de carbonización se cubre con polvo de carbón para apagar el fuego. Este proceso conlleva la menos 2 ó 3 días más. El carbón se recoge y se envasa en bolsas para su transporte. El proceso se completa entre 18 y 20 días dependiendo de las inclemencias atmosféricas.

Hay otro método para la preparación del carbón, quemando la madera dentro de una caldera, pero se produce una gran cantidad de humo con lo que está prácticamente en desuso.

En el pasado los carros cargados con carbón vegetal viajaban de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, y lo vendían a cerrajeros, herreros, hojalateros, artesanos y también a las amas de casa. Utilizaban el carbón en hornos y calderas y para calentar las planchas. Hoy en día este producto se utiliza para cocinar y para filtros en dispositivos de agua y de aire.

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